“Pablo Casacuberta en su plena madurez narrativa: discurso despojado, sencillez argumental, emotividad a flor de piel. El buen lector conservará esta novela en su memoria como una feliz experiencia personal.” (Mario Levrero)
“Le interesan a Casacuberta las historias pequeñas de pequeños seres humanos individuales e irrepetibles.” (Alicia Torres)
“Este relato inquietante, entrañable, despojado, veloz en sus caracterizaciones y evocaciones, y notable también por su mirada tierna y sensible, es un clásico de novela de iniciación sobre el pasaje de la adolescencia a la edad adulta.”
Estuario re-edita esta novela publicada por primera vez en 2002 y lo presentará en una charla con su autor el próximo 15 de diciembre a las 20hs en Maldonado y Revolución.
Algunas de las claves detrás del argumento del libro, en el que Casacuberta reflexiona sobre el paso de la niñez a la juventud, a partir de la historia de Máximo, un adolescente que no sólo se enfrenta a los cambios físicos sino a una serie de disputas mentales sin resolver.
¿Qué lo motivó a escribir sobre la problemática de un joven al crecer?
Empecé a escribir inspirado en la niñez y juventud de mi padre y, más o menos a la mitad del proceso, mi padre murió. Al atravesar por la circunstancia de tener que guardar sus pertenencias en cajas y de conocer, personalmente, a sus alumnos él era profesor de fisiología me encontré con que se trataba de un ser mucho más tierno de lo que yo había conocido. La novela acompañó ese proceso de pérdida y de descubrimiento.
La narrativa la determina un constante juego mental del protagonista.
¿Influyeron algunos autores en esta estructura?
Todos los seres humanos viven la realidad dentro de un diálogo permanente entre la percepción, la memoria y la imaginación, y por eso siento que no podría escribir acerca de la subjetividad de un personaje sin relacionar constantemente esos tres planos. Quizás, quienes me han influido más son algunos científicos que se han ocupado de la conciencia y del lenguaje como fenómenos insertos, entre otros muchos procesos naturales. Entre ellos están Steven Pinker, Steven Johnson y Oliver Sacks. Entre los autores literarios que más me han sorprendido por su capacidad para retratar el flujo de la conciencia citaría a Salinger, Bellow, Gombrowicz y Bernhard.
¿Hasta qué punto los personajes masculinos de la novela contribuyen con la caracterización de Máximo?
Cuando Máximo se contrapone a todos los hombres que le sirven de espejo, encuentra que no se parece del todo a nadie, y que desde otra perspectiva se parece un poco a todos. Hay una tensión permanente en todo ser humano, que es la que se establece entre la percepción de que uno es único, y el reconocimiento de que también es parte de una especie.
Es curioso cómo Máximo experimenta un cambio en la identidad que asume con respecto a su nombre…
Supongo que a todos nos parece que nuestro nombre pronunciado por un ser amado suena exactamente como debería sonar. Se trata de un adolescente que se siente, por muchos motivos, ridículo y disminuido. Visto a través de los ojos de una mujer, él encuentra de improviso que casi todas las cosas que le molestaban acerca de sí mismo llevaban implícita una gran ternura. Al mirarse desde esa perspectiva, Máximo se encuentra por primera vez pasible de despertar amor.
El libro ya está a la venta en todas las librerías de Uruguay a través de Estuario Editora.